"Haréis cosas que nos helaran la sangre". Pilar Ruiz Albisu, madre de Joxeba Pagazaurtundúa, asesinado por ETA, 12/05/2005
España
ETA elabora un censo de «víctimas» propias e incluye a muertos por infarto o accidente
Pretende que su lista sea la base del documento que ultima sobre «todas las víctimas del conflicto»
Día 07/12/2011
El máximo cabecilla de ETA en los «años de plomo», Domingo Iturbe Abasolo —muerto en Argelia en «accidente doméstico»—; los tesoreros con más poder en el aparato de extorsión, José Luis Arrieta Zubimendi, «Azkoiti», y Sabino Euba Zenarruzabeitia, «Pelopintxo» —fallecidos por enfermedad—; un terrorista que entró en parada cuando mantenía relaciones sexuales; un vietnamita que se inmoló a lo bonzo en Biarriz en solidaridad con los «refugiados»; 57 pistoleros que encontraron la muerte por «accidente» cuando manipulaban artefactos; una mujer impresionada por la detención de su hijo etarra; batasunos que sufrieron infarto en controles policiales; asesinos a quienes no tembló el pulso cuando dispararon en la nuca y a bocajarro contra seres indefensos y que, luego, se suicidaron para eludir prisión; 17 familiares de presos que sufrieron accidentes de tráfico o avión...
La «izquierda abertzale», a través de la denominada «Euskal Memoria», quiere equiparar a todos ellos (474) con las más de 800 víctimas que ETA ha causado en medio siglo de sangre y fuego, para reforzar su idea de un «conflicto armado» con dos «bandos» y blanquear así su responsabilidad.
La «izquierda abertzale», a través de la denominada «Euskal Memoria», quiere equiparar a todos ellos (474) con las más de 800 víctimas que ETA ha causado en medio siglo de sangre y fuego, para reforzar su idea de un «conflicto armado» con dos «bandos» y blanquear así su responsabilidad.
Los escribas batasunos incluyen entre las «otras víctimas del conflicto» casos como el de Remi Ayestarán, concejal de ANV en Villabona que murió el 31 de julio de 2009 en circunstancias de «infarto en intervención policial» y hace responsable a la Ertzaintza. El edil padecía problemas de obesidad que no se trataba. La «herri memoria» reconoce también como «víctimas» al pistolero del «comando Madrid» Esteban Nieto «Cromañón», o a José María Larretxea Goñi, implicado en el secuestro y asesinato del capitán de Farmacia Martín Barrios, que murieron en régimen de libertad tras padecer cáncer. Consideran «responsables» del óbito a la «cárcel» y al «exilio», respectivamente.
En este sentido, atribuyen la muerte por infarto del médico Esteban Muruetagoiena, el 29 de febrero de 1982, a la «tortura», por el hecho de que le sobrevino en un control de la Guardia Civil. También es «víctima» José Luis Salegi, implicado en el asesinato del senador socialista Enrique Casas, pese a que el motivo de su muerte, en México, fue por «apariencia de afección cardiaca»
Incluyen nueve suicidios, como los de José Luis Geresta Múgica, relacionado con el asesinato de Miguel Ángel Blanco, y Gil Ostoaga. Del primero responsabilizan a la «guerra sucia» y del segundo, a su intento de «evitar el reingreso en prisión». La «izquierda abertzale» enaltece también la memoria de Mikel Arrastia, el etarra que el 29 de junio de 1988 se lanzó por una ventana al grito de «gora Euskadi askatuta» (viva Euskadi libre). Entre los pistoleros caídos en enfrentamiento con la policía cita a Félix Erezuma y Juan Carlos Monteagudo, fenecidos una hora después de causar 9 muertos, cinco de ellos menores, en la casa cuartel de Vic.
De «Txomin» a «Pelopincho»...
«Txomin» cayó de una tejado
La «Euskal Memoria» que la «izquierda abertzale» ha elaborado como base para el documento que ultima sobre «todas las víctimas del conflicto» considera que la causa de la muerte del entonces máximo dirigente de ETA, Domingo Iturbe Abasolo, «Txomin», fue un «accidente doméstico». Equiparable a las circunstancias que rodearon las matanzas de Hipercor,o las perpetradas en las casas cuartel de Zaragoza, Vic... El 27 de febrero de1987 «Txomin», junto a otros etarras como «Carmen» o «Makario», se encontraba en Argel, disfrutando de un trato a favor por parte de las autoridades magrebíes, pese a que tenían causas pendientes con la Justicia española, algunas por asesinato. Su «exilio de oro» obedecía a que iban a representar a ETA en unas negociaciones con el Gobierno felipista. El ejecutivo argelino tardó varios días en informar de la muerte de «Txomin» que, según su versión oficial, había ocurrido tras caerse del tejado de un chalé en el que se hospedaban, y en el que intentaba colocar una antena de televisión. Las circunstancias de su muerte no fueron suficientemente aclaradas, pese a que el hecho de que en ese momento se encontrara junto a «Makario» y «Belén», exponentes del sector más duro, poco favorable a la negociación, alimentaban las sospechas. Pero antes de su captura, en 1986, «Txomin» dirigió la ETA de los «años de plomo», el periodo más sanguinario —1980 arrojó un centenar de muertos—y eso que la banda aún no se había estrenado con el coche bomba.
Azkoiti engañó con la negociación
José Luis Arrieta Zubimendi, «Azkoiti», fue «tesorero» de ETA hasta su detención, en 1986, tras descubrirse la contabilidad ocultada en la fábrica Sokoa, de Hendaya, donde también había un arsenal con dos misiles tierra aire Y como tal custodiaba la nómina de empresarios que pagaban el «impuesto revolucionario». Pese a que la Audiencia Nacional le reclamaba por varias causas, algunas por asesinato, quedó en libertad mediante un acuerdo de las autoridades de Francia y España. Ello para abrir una nueva negociación denominada «vía Azkoitia». Arrieta fue dando largas para engañar y de esta manera logró huir. Finalmente fue localizado, pero no se le detuvo por su grave enfermedad que le causó la muerte el 19 de julio de 2001.
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